El Rojo fue superado por 12
jugadores
En el feriado de ayer, River Plate recibió a España en un
día agradable y con un buen marco de público.
Un partido atractivo y esperado, no sólo por el tiempo
que hacía que no se enfrentaban sino también porque se jugaban 3 puntos importantísimos
para seguir “con vida” en el torneo Apertura.
River, obligado a ganar por defender su terreno y por ser
el mejor plantel del medio (lo decimos por convicción), salió a atacar desde el
inicio creído de que se encontraría con una defensa endeble.
Muchos fueron los pelotazos que se le enviaron a las 2 “torres” que River tiene
como delanteros (Vásquez y Medero), pero la defensa del Rojo se encontraba muy
sólida. Tampoco pudo sorprender con un Castillo muy “movedizo”, entrando en
diagonal y por la espalda de los defensores, pues fue siempre bien controlado.
Por su parte España entró con la mentalidad de frenar y
cortar todos los embates de River, colocando 5 volantes para recuperar y jugar
rápidamente a un solitario Ademar Froste quién tuvo un buen desempeño dentro
del terreno de juego siendo de gran molestia para los defensores riverplatenses.
Su apoyo más cercano fue Fernando Martínez de destacada
labor, yendo a todos los balones e
insistiendo en apurar a los defensas.
El primer tiempo de muchas “idas y venidas” para ambos
bandos pero sin lograr abrir el tanteador, tal vez gracias al experimentado
Martín Barreiro que supo defender muy bien la meta del Rojo y ahogó más de un
grito de gol.
El segundo tiempo empieza y River más decidido se lanza
al ataque y con la ayuda del árbitro Castillo quién literalmente, no cobraba
una para España, logra meter a éste último en su arco.
El Expreso Rojo se limitó a defender y buscar un
sorpresivo contragolpe que lo pusiera en ventaja pero con un solo punta se le
hacía inviable esa chance.
Pasa el tiempo y Froste y Martínez deben ser sustituidos
fatigados por el gran desgaste, optando por O. Pereyra y R. Mañana. Se pensó
que con “aire fresco” en el ataque se podría doblegar a la defensa riverplatense,
pero quién había sido hasta el momento su mayor preocupación ya no se
encontraba dentro del terreno de juego.
Cerca del final y con Héctor Ferreyra de España expulsado,
River se “agranda” y arremete una y otra vez contra el arco de los Rojos hasta
que a los 41 minutos del 2° tiempo, en un balón lanzado por aire a Vázquez,
cometiéndole falta a Fleitas, mete un cabezazo cruzado dejando sin asunto a Barreiro.
España hecha el resto en los minutos finales pero no
logró llegar a la igualdad.
Así terminó el partido para el Rojo, quién no pudiendo
contar con 5 de sus jugadores titulares había hecho un buen planteo de juego y
mereció al menos llevarse un punto. Con las manos vacías pero con la frente en
alto, España se quedó con ese gusto a poco, con la certeza de que lo justo
hubiese sido un empate y que por ahí se pudo haber ganado.
Lo
bueno del encuentro:
El “ida y vuelta” de ambos equipos en el primer tiempo y
la entrega hasta el final.
También es de destacar el buen marco de público que se
hizo presente, siendo de evidente mayoría la hinchada del Expreso Rojo que de a
poco se está arrimando a la cancha y haciéndose sentir como de costumbre.
Lo
malo:
Otra vez y curiosamente el árbitro del partido. Esta vez fue
el turno de Castillo, quién “flecho” la cancha desde el comienzo del partido a
favor del local. No queremos decir que se perdió por culpa del árbitro, porque
no hubo una decisión que haya incidido directamente en el resultado, pero sí en
“las chiquitas”, en pelotas divididas, en “el grito”, en las dudas, todas,
TODAS eran a favor del local.
Más de una falta cometida por un jugador rojo era amonestación,
mientras que ciertos jugadores de River se cansaron de pegar y de discutirle al
árbitro y no merecían tarjeta.
Lo curioso es que cerca del final, en un lateral a favor
del local, quién saca envía el balón lejos, logrando la desviación de la vista
del árbitro, y al incorporarse fue directamente a buscar a Piñeyro y le da un
golpe de puño. El jugador de España
queda tendido en el piso y ni siquiera se permite entrar a la sanidad. En ese
momento Héctor Ferreyra discute con un jugador de River por lo sucedido siendo
observado pór el árbitro Castillo. El juego se reanuda y a los 2 minutos, en
una aparente falta de Ferreyra (cuando él llevaba el balón), éste recibe la
tarjeta roja.
Así que mis queridos lectores, saquen ustedes mismos sus
conclusiones de lo acontecido.
Pero éste es un torneo muy corto y hay que recuperarse y pensar
rápidamente porque el domingo próximo enfrentaremos a nuestro clásico rival.